Los primeros editores

Los primeros editores, como Aldo Manuzio, trabajaban en la época de los manuscritos, en la edad media. Su tarea siempre estuvo relacionada con los libros, con la cultura y, de cierto modo, con la educación, el aprendizaje y el conocimiento.
En la época de la escritura en rollos, no era necesario editar porque los copistas trabajaban en conjunto, pero de forma independiente. Luego los romanos implementaron el códice, cuyo formato rectangular, sus índices y páginas numeradas agilizaban notablemente la lectura y la búsqueda de información.

Se cuenta que Manuzio trataba con los proveedores de papel, los autores, los copistas, los iluminadores (ilustradores), los artistas y los encuadernadores, y por lo tanto era un editor. Y es cierto, Manuzio era editor y es, hoy por hoy, aquel cuyo nombre nos viene a la mente a aquellos que queremos pensar en una (aunque brevísima) "Historia de la Edición".

Hoy por hoy, los tiempos han cambiado y las exigencias del mercado y de la sociedad son otras. Algunos pronostican la muerte del libro y otros la muerte de la obra escrita. Algunos pronostican pronósticos contrarios a los anteriormente pronosticados, o los modifican conforme va cambiando el viento.

En cualquiera de los casos, en el siglo XXI los editores afrontamos el desafío de ser intermediarios en el mundo virtual, garantes de la información confiable, verídica y útil y, como siempre, el desafío de ser el nexo entre el autor y el lector.